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¡Yo soy la mística!
Aquella seducida por los símbolos;
por los susurros y los cantos.
Aquella seducida por el misterio y la sabiduría;
por la incógnita y el desafío.
Una dama iniciática. 

Una más entre ellas.
¡Yo soy la mística!
Mi sangre, mis huesos, mi piel.
Cada gesto y cada pensamiento.
Una mujer desconocida.
Mi historia a través de los espejos.